“IN LAK’ECH”
“Yo soy tú, tú eres yo” “yo no existo sin ti” (maya)
Pintura del Mtro. Carlos Terrés,
en exhibición en “Terrescalli”
Por Pilar Pérez Cernuda
Impresionante la obra del Maestro Carlos Terrés que esta en exhibición en los muros de “Terréscalli” (la Casa de Terrés, náhuatl) donde se puede apreciar el punto de vista actual de este pintor, que como un cronista relata la pandemia que estamos padeciendo en México y en el resto del mundo.
Bajo el titulo de: “IN LAK’ECH” “Yo soy tú, tú eres yo” “yo no existo sin ti” (maya), (acrílico sobre tela 2.50 x 1.50 mts), el Maestro Carlos Terrés, nos platica su obra: “… El coronavirus, el 2020 el año fatídico, el año perdido, el año de la peste, la tierra herida cómo una fosa abierta cual fiera hambrienta, como rama desnuda cual calendario que le han arrancado las hojas… salud, un espejismo aferrado a la esperanza.
Año prisionero, interminable, eterno, indefinible, año largo y corto, días de duelo, regreso al medievo, pandemia global, azote sin fronteras, torbellino qué atrapa en su asfixia y tos.
Año que nos arrincona contra nosotros mismos, en depresión y suicidio, con amor y odio, con injusticias y desigualdades, en un mismo sentimiento de dolor y miedo.
Año que nos hecha en cara, a la especie humana que depreda al planeta, raza egoísta, soberbia y compleja que se regocija con la guerra y el hambre, que pierde a la naturaleza como Madre y a Dios como Padre, raza mitológica, actual y cruel que devora y deshecha sin freno, donde el mal es soberano, fracturando sociedades y familias, virus letal que apabulla y descorazona, que impregna y que sorprende … que mata.
La pintura presenta como figura principal a un hombre arrodillado que con los brazos y las manos en cruz implora a la divinidad su ayuda, un “ojo de dios” que “ve todo” observa y calla.
La cabeza de la figura se convierte en un hombre pentafácico, que comprende los cinco continentes, asfixiados por el coronavirus que ahoga las voces que se desprenden de las bocas contagiadas, el hombre con la boca tapada es atacado por los cuatro jinetes apocalípticos donde destaca el caballo del color del cadaver, el amarillo de la peste, cabalgado por la muerte que lleva su guadaña.
La figura incada muestra la impotencia del medico, del familiar y el enfermo, ante la pena de muerte, frente al cadalso,… como sostenerse en medio de la tormenta?, Cómo sanar al planeta herido ? Cómo mostrar la confianza, la esperanza y el valor, como mejor contagiarse del amor? Como no tener miedo? Cómo lograr la cura? Cómo lograr que con la boca tapada abramos los ojos a la nueva realidad, a una nueva fraternidad, que veamos que nos necesitamos unos a otros.
El amor universal ahora honrará a unos y a otros, se disolverá el ego, el saludo cambiará, los mayas expresaban ese concepto de unidad en su saludo diario: “IN LAK’ECH”, que significa “yo soy otro tú”, a lo que contestaban: “HALA KEN”, que significa: “tú eres otro yo”. “Yo soy tú, tú eres yo”, “yo no existo sin ti” “tu no existes sin mi” “tu eres mi otro yo” eso es la familia, la solidaridad, la ayuda reciproca, la estima mutua, la mano del medico que muere, del sacerdote, de las enfermeras, del de aquel que con el corazón abierto desafía el contagio y el miedo, para ayudar y servir al hermano, logrando contagiarse de amor, de apoyo y de consuelo, solo el amor es la salvación, esa gran realidad superior y divina, ese gran todo que envuelve y conserva, que penetra en lo mas íntimo del corazón del hombre…”