Elpis “la última diosa” “la diosa de la esperanza”
Pintura del Mtro. Carlos Terrés,
La esperanza es el último recurso que queda al ser humano cuando sobre de él caen las tragedias y no parece haber quien pueda ayudar, solo queda la esperanza, si 2020 fue el año de la peste, el 2021 es el año de la esperanza
Elpis, “la ultima diosa”, la diosa griega de la esperanza; con la presencia de esta diosa, parece que en la mitología griega la esperanza fuera también un mal, encerrado en la caja de Pandora, donde se encontraban todos los males y calamidades: la peste, el odio, la guerra, la tiranía, etc. ahí, al fondo se encontraba también, uno y especial, que era el último: “la esperanza”, con un triple mensaje, fe para dominar los males, la conciencia de la realidad del ser, de esperar siempre la falta de algo, de desear lo que no se tiene, de estar insatisfecho continuamente y el sentimiento amoroso de la caridad.
La pintura nos presenta a la ultima diosa “Elpis”, “la esperanza”, una bella mujer que con sus brazos extendidos intenta proteger y conservar lo que amamos frente a lo desconocido, las calamidades y la muerte.
Ella tiene otro par de brazos que están por tocar al lado derecho, al símbolo de la sabiduría y la inteligencia, “Chac Bolay” que era “el dios jaguar”, al que se le relacionaba con el señor de la muerte, Los mayas afirmaban que el dios del sol por las noches se transformaba en jaguar para poder viajar en la oscuridad por el mundo de los muertos, por eso su piel esta manchada de estrellas dominando el espacio cósmico, el día y la noche, la vida y la fertilidad.
Al lado izquierdo, la mano se acerca al “nagual” que con su energía carga los días del año, fortaleciendo cada día la esperanza frente a la adversidad y la tormenta, dejar que las manos divinas no dejen naufragar las situaciones de cambio y sostener la solidez ante los peligros.
La Esperanza levanta su mirada y con una “cruz-corazón-ancla”, permanece como una columna alada, si la esperanza estaba al fondo de la caja de Pandora, el mitológico dios que la puso, fue lo primero que encerró, como si fuera una solida ancla para tener con que sostenerse, fuertemente con el corazón y con la fé.
“Hay que tener esperanza” en estos momentos, esperemos aunque la realidad nos golpee el rostro, aunque en lugar de confortarnos, la esperanza nos castigue, debemos de aferrarnos a esa solitaria roca en medio de un mar embravecido, aunque no veamos en lo que creemos, aunque la esperanza atente en contra de la razón, que nos niega todo camino, la esperanza nos dice con fe, “no lo creo, yo lo sé”, las cosas van a ir mejor, depende de nosotros, de nuestra inteligencia, los males y la esperanza viven juntos, la búsqueda de la verdadera felicidad esta dentro de nosotros y a nuestro alcance, “a Dios rogando y con el mazo dando” , uniendo el esfuerzo a la oración, el trabajo a la fé, y el corazón atado al mando del timón en la búsqueda del portentoso milagro, vital y esperanzador.
