Carlos V se multiplica en La Vera
La comarca dispone de un nuevo atractivo turístico tras la instalación del monumento que representa al emperador, junto a otros personajes de su época, en los accesos a Yuste
POR FAUSTINO MARTIN
(EL PERIODICO, EXTREMADURA, PROVINCIA DE CACERES, 7 DE NOV. 2012)
La Vera dispone desde ayer de un nuevo atractivo cultural, y por añadidura turístico. Se trata del monumento en el que aparece el emperador Carlos I de España y V de Alemania, junto con otros personajes de su época, que la Asociación de Alcaldes del V Centenario ha donado al Ayuntamiento de Cuacos de Yuste.
Se trata de una obra del escultor mexicano Carlos Terres que durante los dos últimos días ha estado al frente de los trabajos de montaje del monumento, que acaba de ser ubicado en las inmediaciones del monasterio verato donde pasó sus últimos días el emperador de la Casa de Austria. El grupo escultórico ha sido instalado en los accesos al cenobio jerónimo, justo a la salida del casco urbano, por lo que podrá ser contemplado desde la Ex-203, conocida popularmente como carretera de La Vera.
Un homenaje
Precisamente Terres explicó el pasado lunes que «se trata de una obra que lleva más de diez años en proceso de elaboración, si contamos desde que comenzó el estudio, creación y encomienda por parte de la Asociación de Alcaldes del V Centenario». Dijo que «es un homenaje» al emperador de la Casa de Austria, en el que aparecen «los personajes más importantes de su época, tanto del continente europeo, como del americano». La pieza pesa alrededor de diez toneladas y dijo que se trata de una obra que va a ser muy importante para Yuste, España y México».
Carlos V, monumento a la humildad
Un buen ejemplo para los políticos de aquel tiempo y sobre todo los de hoy
POR JOSE V. SERRADILLA.
(EL PERIODICO, EXTREMADURA, PROVINCIA DE CACERES, 7 DE NOV. 2012)
Ya era hora de que Carlos I de España y V de Alemania, el Emperador, que tanto ha hecho por la comarca de La Vera, eligiendo este lugar para reposar, recuperarse de sus dolencias y disfrutar, preparándose al mismo tiempo para su encuentro con Dios, tuviera un monumento digno fuera de su recinto imperial y monacal, justamente ubicado en el cruce de la carretera-eje de la comarca, dentro de Cuacos, dirección Yuste.
Quizás este reconocimiento monumental, obra del escultor mejicano Carlos Terres, sea debido a su gran humildad, como algo que debíamos en conciencia. Yo que he escrito el libro ‘La última confesión de Carlos’, que viene a ser una recreación de aquella última confesión del Emperador con Fray Juan de Regla, he podido constatar, tal y como cuentan las crónicas, la gran humildad de este gran prócer de la historia, el primer europeísta ya en aquel siglo XVI.
El supo, en contra de la ambición de otros monarcas, dejar el imperio aunque siempre estuvo respaldando al poder en el silencio y la sombra de Yuste. Un buen ejemplo para los políticos de aquel tiempo y, sobre todo, para los de hoy, ridículamente petulantes y codiciosos, que siguen haciendo caso omiso del clamor de la ciudadanía, sin un gesto por ser humildes y comedidos con sus viperinas lenguas y sus desmesurados sueldos, o sea, siendo correctos al abrir la boca y recortándose unas plumas color euro de sus alas de ‘desnutridos’ pavos reales.
Por eso, entre otras muchas causas, merece el Emperador las diez toneladas que pesa, en su recuerdo, ese monumento de diez por cinco metros, con todo lo que ha hecho y continúa haciendo como primer atractivo turístico de La Vera. Nada más cierto aquel dicho: «el dinero hace hombres ricos, el conocimiento hombres sabios, pero la humildad hace hombres grandes».