El Mito de Aracne
Por: Rogelio Guerrero Santacruz
El Maestro Carlos Terrés continua con los temas mitológicos, en esta ocasión presenta en la galería Terrescalli, el tema de Aracne, (2.40 x 1.20 mts. acrílico) por medio de una bella Tehuana. ¡Que mejor forma de representar a la mítica tejedora!, que con este soberbio desnudo ricamente ataviado con holanes de encaje, terciopelos y flores bordadas.
La mitología griega ahora es expresada por medio del pincel mexicano del Maestro Terrés dándole un toque mesoamericano con toda su fuerza, exquisitez, y con una definida personalidad.
Así como Diego Rivera, Frida Kahlo, Saturnino Herrán y tantos otros han plasmado el tema de las mujeres de Tehuantepec con un origen autóctono y especifico, “el traje vivo” de la Tehuana se convierte con Terrés en una trascendente piel que viste lujosamente a Aracne.
El mito griego cuenta que Aracne era una bella joven de fama extraordinaria por su habilidad en el arte de tejer, sus vecinos acudían a ver lo magnífico de sus trabajos, fue tan adulada que la soberbia le hizo decir que era mejor que Atenea, diosa de la guerra, de la sabiduría y de las artes.
La diosa trasformada en anciana quiso reprender a Aracne, para que retirara sus palabras, pero la respuesta fue un desafío para ver quién de las dos tejía mas bellamente.
Cuenta la leyenda que era tanto el arte con que bordaban las dos, que los hilos y los colores se podían comparar con los rayos de sol y la lluvia jugando con el arco iris.
El bordado de Atenea representó a Zeus y en las cuatro esquinas, castigos sufridos por humanos que se habían atrevido a desafiar a los dioses.
En su bordado Aracne utilizó también la imagen de Zeus, pero convertido en toro raptando a la bella Europa y seduciendo a Leda.
La diosa Atenea se enfureció y rasgó la tela con violencia, convirtiendo a Aracne en araña para que continuara por castigo, tejiendo por la eternidad.
Convirtiendo a Aracne en araña para que continuara por castigo, tejiendo por la eternidad.
Bordando por siempre.
Aracne, la mítica tejedora
un toque mesoamericano con toda su fuerza, exquisitez, y con una definida personalidad.
“el traje vivo” de la Tehuana se convierte con Terrés en una trascendente piel que viste lujosamente a Aracne.