«ENRIQUE DE OSSO, AFINIDAD FECUNDA»
fuente escultórica (2.50 mts. alt. Terroca) que representa al Fundador «Enrique de Osso»
Relieve del «artesano» (1.20 mts. alt. Terroca)
«Sagrario» (2.00 mts. alt. terroca, madera y bronce).
La escultura de la Santa, (2.00 mts. alt. Terroca) «la andariega», «Teresa de Avila»
Por: José Jacinto Regalado Gamez.
El conjunto artístico de obra en escultura creado por el Maestro Escultor Carlos Terrés en el “Colegio Enrique de Osso”, en la colonia Providencia de la Ciudad de Guadalajara es uno de los mas importantes en el Estado de Jalisco, integrado por una fuente escultórica, dos relieves, una escultura y un sagrario, forman una colección privada de arte trascendental que enriquece no solo el acerbo cultural de la Ciudad de Guadalajara, sino del Estado de Jalisco y de Mexico.
El recorrido por estas obras da inicio con la fuente escultórica (2.50 mts. alt. Terroca) que representa al Fundador «Enrique de Osso» en posición sedente, recibiendo y presidiendo el ingreso del Colegio acompañado de una Familia Teresiana. Continuando se encuentra el relieve del «artesano» (1.20 mts. alt. Terroca) que modela la arcilla creando la forma bella de la vida en el estudiante.
Ingresando al teatro, esta la obra mas importante de la colección: el relieve que el Maestro Escultor Carlos Terrés, titulo «Enrique de Osso, afinidad fecunda» (modelado en «Terroca» roca de Terrés 8.50 x 3.00 mts.) representa la búsqueda continua de espiritualidad del Padre Fundador Enrique de Osso, encontrando la inspiración en la Doctora de Avila, las lecturas infantiles de Santa Teresa, fueron base y fundamento de abierta fuente, profundizándola, asumiendo, estimándola y comunicándola a traves de sus religiosas y sus escuelas, culminando siempre con esta exclamación«Viva Jesus y su Teresa», la escultura da el mensaje de la fusión de los espíritus de dos seres afines: Teresa de Jesús y Enrique de Osso, unidos en Cristo.
Los elementos simbólicos que componen este mural escultórico representan al Padre Fundador en sus cuatro promesas de primera misa: Attente, Devote, Confidenter, Alacriter et Ferventer.
Attente, atentamente, con esperada atención como se hacen las filigranas de orfebrería: respaldados por la imagen de Cristo que abraza a Enrique de Osso y a Santa Teresa, presidido por dos árboles, a la izquierda uno adornado con flores o filigranas en forma de piedras preciosas; otro a la derecha de formas espinosas con flores de la yerba «malinalli’ que simboliza la poda o el renacimiento después del sacrificio y la muerte.
Devote, devotamente, cultivando desde la infancia la devoción, la obra de Enrique de Osso, es un árbol capaz de dar el ciento por uno de su semilla grande y fecunda, a través de la Compañía de Santa Teresa comunica su espiritualidad a la juventud del mundo, simbolizada en las flores que como niños adornan la escultura.
Confidenter, confiadamente, cuidando de no faltar en la fe viva «todo me lo hechais a perder con vuestra falta de fe», decía el Padre de Osso, en el fondo y al centro, almenas que nos recuerdan Avila y las pirámides de México. Y cobijados Santa Teresa y el P. de Osso, con una nueva piel, del que se reviste en Cristo, del que festeja la primavera de la fe viva; parte importante del mural escultórico lo es este símbolo pues esta basado en la dualidad que puede simbolizar el revestirse una carga sucia, una pesada materialidad, un agudo dolor corporal, con la gracia divina de la fe, las tres figuras están entregando
el corazón en un acto de redención para quedar revestidos caminando en unidad.
Alacriter, vivamente con ardor, ardorosamente encendido, en el extremo izquierdo las semillas germinan en la buena tierra, el trigo y las uvas, las flores y descendiendo: «Tlahuiscalpantecutli», lleva el fuego vital de la convivencia humana para la existencia pacifica, «fuego he venido a traer a la tierra y que quiero sino que arda?»repetía Enrique de Osso.
Ferventer, fervor que oriente hacia Dios, en los pechos de las tres figuras brota el símbolo del corazón que vierte su sangre sobre las semillas que centuplicaran su fruto y llevaran la cimiente preciosa a lo que Enrique de Osso buscaba, manos que acerquen el combustible para que aviven el fuego que enciende las piedras de la Compañia de Santa Teresa de Jesús y sus religiosas, de sus escuelas donde los jóvenes y la familia sean símbolos del fuego cálido del amor y la espiritualidad inculcada por su fundador el P. Enrique de Osso.
La escultura de la Santa, (2.00 mts. alt. Terroca) «la andariega», «Teresa de Avila», se encuentra en los jardines y en el interior de la Casa, un «Sagrario» (2.00 mts. alt. terroca, madera y metal) con formas de raíz, de piedra preciosa y de fuego, culminan el recorrido de estas magistrales obras.
Relieve de el Maestro Escultor Carlos Terrés, titulo «Enrique de Osso, afinidad fecunda»