“ZAPATA”
Pintura de CARLOS TERRÉS en Cuautla, Morelos.
Por Sebastián Hernández:
El Pasado día 10 de abril en la ciudad de Cuautla, Morelos, dentro del marco de los eventos conmemorativos del Centenario de la muerte del General Emiliano Zapata Salazar, se entrego la obra pictórica con el tema de “Zapata” del Maestro Carlos Terrés, a la familia Zapata y al Municipio, quedando como depositaria para que la obra sea instalada en un lugar publico y oficial en Cuatla, de este personaje nacido en Anenecuilco, Ciudad Ayala, el 8 de agosto de 1879, “Zapata” es considerado uno de los personajes más importantes de la historia de México.
La pintura del Maestro Carlos Terrés, presenta como tema el rostro del general Emiliano Zapata Salazar, quien abanderara causas sociales en Latinoamérica y el mundo, su nombre ha estado presente por décadas en discursos de funcionarios públicos, luchadores sociales y líderes de organizaciones campesinas. El 10 de abril de 1919 hace 100 años, en un momento crítico en que el Ejército Libertador del Sur necesitaba armas y hombres que siguieran luchando con él, el héroe mexicano “Zapata” fue sacrificado al entrar a la Hacienda de Chinameca, invitado, con engaños, por el constitucionalista Jesús Guajardo.
La pintura esta basada en la sentencia de Zapata: “Los enemigos de la Patria y de las libertades de los pueblos, siempre han llamado bandidos a los que se sacrifican por las causas nobles de ellos…” Como le mencionó el Maestro Terrés, al hacer la entrega de su obra: “… desde la roca levantada, convertida en piedra de sacrificio, se observa la boca abierta de la negra trampa y el camino blanco que como agua serpentea en el arroyo, ahora es azul, del color del sacrificio y sobre la marca de Anenecuilco, esta el sacrificado con el pecho abierto, ofrendando su vida, arqueado sobre si mismo, con pies y manos atadas, siendo su piel y rostro, su propio sudario, enraizando y abonando con su muerte, en cuerpo y alma, el árbol de la vida.
Ojos grandes con mirada de predicción profunda, mirando de frente, cara a cara con la muerte, con la historia, con el rostro cubierto de azul turquesa, valioso, sublime, de entrega, de inicio de nuestra patria, entreverado de rojos hirientes, heroicos, de gritos libertarios, de derrotas y victorias.
Hace cien años, con la misma conciencia, en el mismo marco, siguiendo su huella, bajo el azulísimo del mismo cielo, con las mismas alas, los mismos latidos, la misma esperanza, los mismos ideales, la misma voluntad, dura e invencible, ¡justa!
Esta obra es eso, es la mención de una tragedia, la historia de la semilla muerta para renacer, la pesadilla de Chinameca, sin asidero, los marrazos que no mellan, el vacío llenado con las vidas de muchos, la gloria absurda, el clarín con llamada a honores, el silencio inútil, la entrega generosa a la historia, el encuentro con la patria de cuerpo presente, el drama y el origen de México en este recuerdo en homenaje a Emiliano Zapata.
“… El que quiera ser águila, que vuele
el que quiera ser gusano, que se arrastre…
Pero que no grite cuando lo pisen…” Emiliano Zapata.